El joven Artūrs, de sólo 16 años, tiene que ir a la guerra para luchar por la libertad junto a sus amigos, incluso cuando ninguno sabe en qué lado está esa verdad.
Es el año 1915 y las tropas del Kaiser marchan hacia Letonia, entonces parte integral del Imperio Ruso. Disparan al perro y a la madre de Arturs (Oto Brantevics) mientras el indefenso chico de 16 años lo mira desde su ventana. Su casa se incendia, en una técnica de guerra ampliamente utilizada para paralizar al enemigo que se aproxima.
Arturs y su padre deciden unirse al Ejército Imperial Ruso para luchar contra los alemanes y vengarse de aquellos que destruyeron su otrora pacífica existencia.